sábado, 2 de febrero de 2008

el cajon de las condenadas


Siento a veces que tengo un gran defecto, y es adoptar géneros recientes y convertirlos en obras mías, para ser mas claros, siento que al terminar de ve una buena película policial, debería hacer una película policial yo también, reúno los recursos y herramientas y creo algo propio, sin cargar con el peso de la copia, por que no veo nada reiterado, es mío desde el principio hasta el fin, no lo noto como copia.
También hay vece que siento que no cambio los temas que me preocupan para charlarlos en una nueva historia mía, sin darme cuenta ASESINALO, historia de un crimen virtual, es la continuación o una segunda parte si se quiere del famoso Señuelo de Mortimer, la cantidad de personaje es la misma, y el tema de la identidad, la indexación y la locura por amor, reflotan inconcientemente para narrar otra historia diferente.
Ahora temo, por que estoy leyendo un libro de ensayos y se postró en mi una idea terrible, una historia negra también detectivesca que narra detalles escabrosos sobre la muerte planificada de un hombre, espero poder contenerla en un cuento.la cabeza late y yo mismo logro darme cuenta cuando es el momento de escribir es la gran historia que esta en la mente, como también se que no va a salir nada bueno cuando me siento desinteresado.
Hay mas y creo que ya lo escribí en alguna publicación anterior y es el temor a la duración de mis obras muchas veces y por lo general son mis favoritas ya conozco el final y comienzo de atrás para adelante y otras me dejo llevar por la trama, los personajes y me dejan sorprender, como un dictado demoníaco siento las palabra y las acciones que con el avance de la trama logro adelantarme y darle un final sorprendente como los que a mi me gustan.
Dejo correr el inconciente para trabajar mas eso que sale, y al terminarlo, leerlo y corregirlo, dejo por un tiempo para después tomarlo y sorprenderme, odiándolo o amándolo, será siempre mi obra, la que permanecerá oculta y guardada en el cajón de la cabecera de mi cama, el cajón de las condenadas.

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