No encuentro mi lugar. Eso es grave. Hay cosas que no me tienen que importar y sin embargo me interesan demasiado, desvelan mis noches y aceleran la cabeza con supuestos imaginarios. Necesito desaparecer, dignamente como en un acto de magia y ante cientos de agudos ojos que me vean. Dejarlos con la boca abierta y sin respuesta posible.necesito irme de donde estoy, para pensar y arreglar una lucha conmigo mismo. Bajo llanto de árboles secos, otoñales tintes grises y a horas de haber escapado, siento que donde estoy tampoco correspondo, el típico viaje épico de la vuelta y encontrar que uno no encaja mas. Ante la duda y el más grande de los deseos, del de desaparecer o hacer invisibles a otros. Siempre el estudiante de magia, quiere interesarle todo, hasta algunas que no deben, pero sin embargo intenta, en función a lo que ve, recrearlo. A Houdini siempre le preguntaban como hacía para salir de sus esposas, sogas y cadenas y el astutamente decía:“Mi mente es la llave que me libera". Es simplemente esa mi respuesta, mi angustia es puramente mental, y solo yo tengo la llave para salir. El vicio de olvidar, para dar la vuelta y empezar.
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